En un lenguaje mágico se da el nombre de invocación a la acción de llamar a uno y otro espíritu en ayuda del invocador. Por ejemplo, rezar al ángel de la guarda para que nos proteja, es una invocación de Magia Blanca. Por el contrario, evocar significa llamar a un espíritu para que se aparezca en una forma u otra, y establecer un pacto personal. La mayoría de rituales secretos están relacionados con invocaciones, puesto que sólo en circunstancias especiales personales los espíritus angélicos y diabólicos pueden afectar a los sentidos del oficiante hasta el punto de materializarse.
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