Mi tía Encarnita siempre fue una mujer entregada a su familia. Soltera no por elección propia, sino por decisión de su madre, Dolores, a quien todos conocían como Mamá Dolores. Encarnita construyó su vida alrededor de su mercería, un negocio próspero que mantenía a flote no solo su hogar, sino también a muchos de sus hermanos y sobrinos. Todos acudían a ella cuando la mala suerte apretaba, y ella, sin rechistar, repartía lo que podía.
Sin embargo, desde pequeño siempre me intrigaron aquellas viejas fotos en blanco y negro de Mamá Dolores. Su mirada dura y penetrante contrastaba con las sonrisas forzadas de los demás. Había algo en su expresión que no encajaba del todo con la imagen de “abuela protectora” que se contaba en la familia.
Fue esa sensación —ese escalofrío al mirar su rostro— lo que me llevó a investigar. Lo que comencé como una simple curiosidad acabó convirtiéndose en una búsqueda de diez años, en la que descubrí qué había detrás de los casos de mala suerte que marcaban a cada generación: ruinas económicas inexplicables, muertes trágicas, accidentes extraños y secretos de los que nadie quería hablar.
Hoy puedo decirlo: detrás de la saga familiar hay una historia oscura, tejida con rituales y maldiciones ancestrales. Una historia que no solo ha marcado a Encarnita, sino a todos nosotros, los descendientes de Mamá Dolores.
En este blog compartiré la verdadera historia oculta detrás de mi familia, desentrañando los secretos, los rituales y las sombras que se han transmitido de generación en generación. Este es el primer paso para comprender… y quizá, algún día, para romper la maldición.
¿Te atreves a acompañarme en este viaje por los secretos de un linaje oscuro?

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