Susurros en la oscuridad

El peso de Mamá Dolores: diez años entre sombras

 

Escribir la historia de Mamá Dolores no ha sido un acto sencillo ni carente de consecuencias...

 

Desde que comencé esta investigación, hace más de diez años, he sentido cómo la maldición familiar que marcó a tantas generaciones parecía deslizarse silenciosa sobre mí. Cada relato, cada ritual, cada paso que recreaba en palabras me acercaba más a una presencia que parecía observarme desde las sombras.

 

Conocer el aspecto de Mamá Dolores, esa mezcla de belleza oscura y amenaza latente, ha sido, sin exagerar, una experiencia que trasciende la ficción. Sus ojos, su sonrisa torcida, la manera en que su energía se infiltraba en cada objeto que tocaba… todo ello se ha grabado en mi mente de un modo que no puedo borrar. A veces, al caminar solo por la calle o al cerrar los ojos por la noche, siento su mirada detrás de mí, evaluando, esperando.

Me pregunto constantemente: ¿me perseguirá como lo hizo con sus familiares?

 

¿Será posible que la energía que absorbió durante décadas, transmitida de generación en generación, busque ahora un nuevo huésped en mí?

 

La respuesta no está clara, y quizás nunca lo esté del todo. Lo que sí sé es que este miedo me mantiene alerta y da a mi escritura una tensión que no puedo fingir.

 

En este blog seguiré compartiendo los descubrimientos de mi investigación, las pistas que he ido recolectando sobre cómo protegerse de los hechizos, los rituales y la influencia de Mamá Dolores. Cada capítulo es un intento de comprender la maldición, de contenerla, y de ofrecer a quienes me leen un conocimiento que podría salvarlos de la oscuridad que acecha detrás de lo cotidiano.

 

Escribir sobre Mamá Dolores ha sido tanto un acto de creación como un enfrentamiento con el miedo.

Y aunque a veces siento que la sombra de la bruja podría seguirme hasta mi propia casa, continúo...

 

Porque solo enfrentando la oscuridad podemos aprender a iluminar lo que otros llaman imposible.